ARTROSIS

¿Qué es la artrosis?

Es el resultado del desgaste de las superficies articulares, que ocurre en forma lenta pero progresiva. Comienza a notarse en general en la edad madura y afecta típicamente a las articulaciones que soportan mayor trabajo como las de la cadera, rodilla y columna vertebral y ocasiona dolor y una progresiva invalidez.

Las líneas rojas, en ambos gráficos, muestran los sitios desgastados por la artrosis, el gráfico A en la columna cervical, el gráfico B en una de las caderas. En la foto izquierda se ven los bordes articulares nítidos y sanos, en cambio en la foto de la derecha, el paciente con los años ha desarrolado una artrosis que deformó los bordes articulares. ¿En qué consisten las alteraciones?
El cartílago de la articulación afectada se ablanda y luego se desgarra, con ello queda al descubierto el hueso que se encuentra debajo, el que por el roce que debe soportar, se endurece y comienza a crecer en forma de espolones por dentro y alrededor de la articulación, impidiendo paulatinamente el libre movimiento de la articulación que cada vez se verá más impedida. Aparte del desgaste, ¿qué otras causas contribuyen a la aparición de la artrosis?La artrosis siempre se ve agravada por: el peso excesivo, las posiciones defectuosas del cuerpo y la columna y los golpes o esfuerzos repetidos. También las contracturas musculares, causadas por los estados de tensión psíquica, juegan un papel de importancia. ¿Y la columna vertebral está afectada a menudo?
sobre todo la columna cervical (en el cuello) y la columna lumbar (en la cintura). En estos casos, el dolor y la incapacidad pueden deberse tanto a neuritis, a espasmo muscular o al propio envejecimiento prematuro de la columna, por ello no hay casi persona alguna que con el paso de los años no muestre signos físicos y radiográficos de artrosis en la columna. En la foto se ven en colores, los sitios de dolor que el paciente le ha señalado al médico. La franja roja larga abarca el brazo y el antebrazo. El médico detectó que tal dolor se origina en la pequeña zona roja marcada como C7. Allí hará el tratamiento local. La enorme ventaja de descubrir esta correlación les permite a nuestros especialistas llevar con precisión la medicación al propio foco de la enfermedad. ¿Cuáles son las formas de dolor, qué puede provocar la artrosis? Esto depende de la zona del cuerpo que esté afectada. Para el caso de la columna cervical (en el cuello), por ejemplo, el dolor -por lo general- parte de la base del cuello y corre al hombro, al brazo y llega hasta la mano de ese lado. En el caso de que esté afectada la columna lumbar (en la cintura) el dolor que parte de la cintura, afecta a la nalga, al muslo, a la pierna e incluso al talón o al pie de ese lado, ya sea en forma de dolor, contractura o calambre. En cualquiera de los casos mencionados, el dolor puede estar acompañado por hormigueos, sensación de quemazón o adormecimiento de brazos y manos o de las piernas y los pies. El dolor se extiende desde su cintura pasando por la nalga, el muslo, la pierna e incluso llega hasta el dedo gordo del pie. Semejante dolor es resuelto satisfactoriamente por nuestros especialistas que colocarán la medicación solamente donde se origina el mismo, es decir en la columna lumbar que está señalando la mano imaginaria del médico. Se proyectan en diversas zonas del hombro y del brazo los dolores que se originan en distintos sitios de la columna cervical. Con esos datos el especialista sabrá cual es el sitio justo donde pondrá la medicación que dará un importante alivio al paciente. ¿En qué circunstancias aparece el dolor? Se ha constatado, que el dolor está asociado con el mayor movimiento de la articulación afectada y con los aumentos repentinos en el peso que soporta una articulación. Otra causa importante y frecuente, responsable del dolor, es la postura incómoda o inadecuada, que fuerza a las articulaciones durante varias horas, como puede ser el mal dormir (mala posición o cama inapropiada) o también las malas y duraderas posiciones viciosas durante el trabajo. Esto se asocia con tensión nerviosa y contractura muscular, que agrava el dolor. ¿El dolor puede irse por sí solo? El dolor es, en general, la consecuencia de que un nervio esté comprimido o irritado como en el caso de la artrosis de la columna o bien el desgaste es por causas inflamatorias o por la irritación sobre las terminaciones de los nervios en cualquier otra articulación, por lo tanto, una vez que aparece, el dolor aumenta junto con el progreso de la enfermedad y siempre se produce dentro del área de distribución del nervio o de los nervios comprometidos por el proceso de artrosis. En la fotografía podemos ver dos variantes de compresión del sistema nervioso. Se trata de dos vértebras con el mismo tipo de afección pero en distinto lugar, en la vértebra nº 1 el disco (de color gris claro) que normalmente existe entre una vértebra y otra, proyecta una hernia justo en el centro como lo marca la flecha y al avanzar en esa dirección se tropieza con la médula espinal (en color azul) a la cual comprime. En la vértebra nº 2 la hernia se proyecta sobre la raíz de un nervio (de color rojo) como lo marca la flecha. En cualquiera de los dos casos se origina un intenso dolor (el famoso dolor lumbar y ciático) que será eliminado de la manera más sencilla y directa en forma total, es decir colocando los remedios directamente entre los discos enfermos, eso se llama Tratamiento Local y el resultado será sorprendente. ¿Qué otros síntomas pueden presentarse? La rigidez articular acompaña casi siempre a la artrosis. También el espasmo muscular es común. Cuando hay dolor en una articulación, el organismo se defiende tratando de inmovilizar la zona por medio de la contractura de los músculos que rodean a esa zona enferma, pero ello, lejos de calmar el dolor, lo agrava apenas el paciente trata de ponerse en movimiento. Así es que, con el tiempo, por el temor de sufrir dolor, los enfermos se movilizan cada vez menos, provocando -casi sin notarIo-, deformaciones y progresiva invalidez. Aquí vemos como se relacionan los músculos de la espalda con los huesos de la parte posterior de la cabeza, con los omóplatos y con las vértebras del cuello y de la propia espalda. Por eso la contractura de tales músculos (por nerviosismo, tensiones, malas posiciones o esfuerzos) termina provocándonos intensos dolores. ¿Cuál es el cuadro clínico más común de un enfermo de artrosis? El trastorno se presenta con un dolor de iniciación gradual que, como dijimos, puede ser en la cadera, en la zona inguinal, en la nalga, en el muslo o en las rodillas, que son las formas finalmente más incapacitantes; pero le siguen en frecuencia y en importancia el cuello, la espalda y la cintura. El dolor al subir escaleras es característico sobre todo cuando el peso del cuerpo se desplaza hacia el lado afectado. Los pacientes refieren, que cuando su incomodidad aumenta, tratan de aliviarse con el reposo, pero descubren que se agravan si pasan mucho tiempo sentados o acostados. Se produce finalmente una limitación del movimiento, que es progresivo y hasta doloroso. Cuando se examinan las partes afectadas se las encuentra duras al tacto y duelen al presionarlas. El paciente, por su parte, refiere que nota una mayor fricción dentro de la articulación, como si le faltara lubricación suficiente. En el caso de la cadera y la cintura, la incapacidad debida al dolor, produce limitaciones del movimiento y una progresiva incapacidad para extender o levantar las piernas: ello deriva en un tiempo posterior en el arrastrar los pies al andar y en un progresivo acortamiento de la pierna del lado afectado. La línea roja que va de la rodilla hasta el pecho del paciente acostado representa la distancia normal para la flexión en una persona sana. En cambio quienes tienen dificultades para flexionar la pierna, ya sea por artrosis de rodilla o de cadera, recibirán el Tratamiento Local que devolverá la normal capacidad al sitio afectado. ¿Cuales son los síntomas ? En el curso típico de los sucesos el paciente ve primero a su médico de costumbre, porque siente dolor en la ingle, en la nalga, en la pierna o en la columna.Le refiere, por ejemplo, que el área afectada está muy rígida por la mañana y que a veces le cuesta ponerse las medias o calzarse. Le dice que el dolor se agrava con los esfuerzos o con las posturas incómodas. Por ello, el médico le indica estudios de radiografías y análisis, que son de gran ayuda y finalmente lo medica con salicilatos, analgésicos o antiinflamatorios hasta que, finalmente, con el tiempo, su organismo se acostumbra a los remedios y ya no responde a los calmantes como al comienzo.También ocurre la tan frecuente toxicidad (intoxicación) para el hígado, que provocan tales medicamentos, lo cual no sucede con los tratamientos locales que efectúan nuestros especialistas directamente en el interior mismo de los sitios enfermos. El paciente le señala al médico donde siente mayor dolor antes de empezar el tratamiento. ¿Cuál es su enfoque general para el tratamiento? Luego de examinar al paciente con toda minuciosidad y de constatar que efectivamente padece de artrosis, le explicamos los beneficios que puede obtener con este nuevo tipo de tratamiento local. Luego, de haber sido realizado éste, el paso siguiente consiste en instruirlo acerca de cómo fortalecer la o las articulaciones afectadas y de como recuperar todos los músculos que se han atrofiado con la disminución o falta de uso de las articulaciones enfermas. Es posible, por ello, que el paciente nos vea por diversas razones; entre ellas porque está preocupado acerca del futuro de su enfermedad, que cada vez responde menos a la medicación dada por boca o en inyecciones o por temor a la incapacitación que interfiere con su trabajo o con su vida en general y desea saber acerca de la gravedad que puede alcanzar su caso y a qué ritmo.Un número grande de pacientes, finalmente, se interesa por recibir los beneficios de los novísimos tratamientos efectuados exclusivamente en forma local por las propias manos del médico, que consisten precisamente en la introducción de medicamentos personalizados, dentro mismo de las articulaciones enfermas, los que actúan así con toda su potencia y sin dañar la salud general del paciente provocando un efectivo retardo en el avance de la enfermedad y franca mejoría del dolor, con una benéfica repercusión en la esfera emocional del paciente que se veía a sí mismo como un futuro inválido. ¿Cómo aprende el paciente a realizar todas estas cosas? Nosotros mismos, lo instruimos en la forma de realizar el entrenamiento adecuado en su propio hogar y en la forma de planificar sus actividades. Un mecánico, por ejemplo, puede sentarse en un banco alto durante cuatro o cinco horas, en lugar de estar de pie todo el día y una carta de su médico puede ayudar a un agente de policía a conseguir un trabajo de escritorio, para no mortificar sus articulaciones enfermas estando de pie muchas horas. La vida de un paciente puede ser orientada para evitarle, tanto como sea posible, la carga sobre sus articulaciones. Esto puede extenderse además hasta la indicación de lo que no debe comer, para reducir la sobrecarga que significa el exceso de peso. Pacientes ejerciendo actividades de acuerdo a nuestras instrucciones para cada caso. ¿Qué otra cosa alivia el dolor? Fundamentalmente, las aplicaciones de calor seco con bolsas de arena caliente y el correcto uso de la parafina líquida caliente.A continuación de aplicar estas formas de calor, indicamos masajes con una pomada cuya fórmula incluye sustancias que actúan penetrando hasta las articulaciones, complementando, de esta manera, el excelente y prolongado beneficio logrado por la medicación, que previamente se le ha introducido al paciente directamente dentro mismo de las zonas afectadas. Con frecuencia el éxito en el alivio del dolor y en restituir y mantener la función de las partes con artrosis, será el resultado de la continua cooperación del paciente quien deberá encontrar en el médico un verdadero consejero y amigo preocupado por lograr su bienestar. 1) Masajes manuales, indicados por nuestros médicos. 2) Bolsa de arena caliente o almohadilla eléctrica. 3) Aplicaciones de arcilla o de parafina calientes. ¿Cuáles serán los casos para la cirugía? Hay dos indicaciones indiscutibles: 1) la pérdida casi total para realizar las actividades de cada día, como ser, el sentarse y levantarse de una silla, por ejemplo; o bien, 2) que el dolor sea tan constante y tan insoportable que el paciente no quiera o no pueda vivir con él. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el advenimiento de los últimos adelantos en materia de tratamientos locales, como los que hemos comentado hasta ahora, han reducido a un mínimo los casos por cuya gravedad y descuidada evolución sólo pueden mejorarse con la cirugía, a la que hay que llegar por no haber recurrido tempranamente a la ayuda de los tratamientos que ofrece la Medicina Preventiva. En el caso (1) se ve, la articulación deformada por la artrosis de cadera, donde la cabeza redondeada del hueso fémur está fuera de su alojamiento normal y un punto de color rojo denota que todo el peso del cuerpo se soporta en ese mínimo sitio ocasionando un vivo dolor. En el caso (2) se ve, por la acción de la cirugía, una prótesis que soporta la cabeza del fémur en su nueva posición, es decir totalmente dentro de su alojamiento natural, de donde nunca debió salir, a no ser, claro, por la artrosis. Situaciones como ésta que alertan siempre al enfermo por el dolor que provocan, pueden eficazmente ser evitadas, con la simple y definitiva ayuda del tratamiento local intraarticular. En efecto, el proceso no se puede detener en forma total, pero se puede reducir muchísimo la velocidad de su evolución durante períodos muy prolongados de tiempo, en los que indudablemente se irán agregando otras conquistas, en las formas de tratamientos, completando los excelentes resultados obtenidos hasta ahora, que permiten a los enfermos volver a vivir como seres normales, sin dolor y sin temor a la invalidez, que hasta antes de este tipo de tratamientos se insinuaban siempre. ¿qué resultados pueden esperarse con el tratamiento? 1) Disminución o desaparición del dolor que es una queja que domina el día y la noche de los pacientes.2) La tumefacción e hinchazón, que acompañan al proceso inflamatorio, son rápidamente resueltos y vueltos a la normalidad.3) El paciente por sí mismo nota el curso favorable de su enfermedad, sin notar los fenómenos de intolerancia que tuviera siempre, al tomar medicamentos que afectaban su hígado.4) Con el método local de tratamiento, la evolución de la artrosis se hace mucho más lentamente que en los casos no tratados con este método, lo que puede comprenderse, entendiendo que un remedio colocado totalmente en el sitio donde es necesario para actuar, como ser dentro de las articulaciones, será mucho más rápidamente efectivo que una medicación dada al mismo paciente por vía bucal o intramuscular, del que sólo una pequeña parte llegará a la zona afectada.5) A pesar de factores agravantes, como pueden ser el tipo de vida que lleve el enfermo, su estado de fatiga o su profesión, los resultados positivos se obtienen igualmente y son duraderos.6) La evolución del proceso se retrasa notándose una revitalización de los tejidos que rodean a la articulación enferma.7) En el transcurso de los años, los brotes de dolor pueden aparecer por cortos períodos aunque de intensidad mucho menor y sin complicaciones, notándose "por el contrario" qué si el tratamiento se instala lo más precozmente posible, las posibilidades de buena evolución clínica son sorprendentes.